27 enero, 2012

venir de sus ojos y decir que has visto París

Era una de esas chicas que llaman la atención, aún sigo sin entender el por qué. Pero ocurrió una tarde de otoño, como otra cualquiera. Nos cruzamos a pocas manzanas de mi casa. Salí a dar un paseo, para despejar y ella caminaba de manera distinta. Tenía pinta de ser una mujer segura de sí misma, pero a la vez mostraba una parte de niña pequeña y sensible. Todo esto, pude observarlo en décimas de segundo, con un simple cruce de miradas. Di unos pasos más, y me giré. Tenía una buena "espalda", su melena castaña estaba amordazada por una especie de recogido, medio deshecho, y sus vaqueros ajustados dejaban ver sus largas piernas. Mierda, ¿de qué color tenía los ojos? No pude fijarme. Entonces me di la vuelta, aceleré el pasó y picándole sin vergüenza en el hombro, le dije lo primero que se me pasó por la cabeza: "perdona, estoy haciendo una encuesta sobre el color que predomina en los ojos de las mujeres guapas, ¿me permites" -sonrió, se sonrojó- "está bien, haré otra sobre las mejores sonrisas"-dije. Y ella respondió: "sí, quiero pasar el resto de la tarde contigo, mi nombre es Carla".




Azules, eran azules, los más bonitos con los que me había topado en toda mi vida y tenía el placer de disfrutar de ellos durante toda una tarde, en principio

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