Voy a quererte hasta la última lágrima, hasta el último suspiro. Hasta que te sangren los oídos de oírme gritarlo y se me seque la garganta de tanto repetírtelo. Hasta que no queden palabras, y baste solo con los gestos. Hasta que la semana tenga ocho días y los meses se nos queden cortos. Hasta que la noche y la mañana se confundan. Hasta que el tiempo se pare para nosotros, y podamos elegir donde vivir. Hasta que haya un verano infinito, pero también las hojas caídas del otoño y las cosas buenas del invierno, sin olvidar, claro está, la alegría de la primavera. Hasta el día en que caigan carámbanos. Hasta la última letra de tu nombre.
22 noviembre, 2011
14 noviembre, 2011
dejé de contar ovejas para poder dormir, y cuento los defectos que me quiero corregir
Confiar mucho, creerme lo increíble, pero dudar inconsciente. Llorar demasiado. Ser inocente, a veces. Agradecer poco. Querer hasta el extremo, pero tal vez sin decirlo. Especialista en decir chorradas sin sentido y en remendar tus heridas. Mirar al cielo queriendo encontrar respuestas. Pensar que todo tiene solución. Sacar casi siempre el lado positivo de las cosas. Reír cuando no debería hacerlo. Creer, a medias, los halagos que tu boca me dice. Soñar mucho, sin acordarme al día siguiente. Querer ser totalmente sincera, y hacer daño por ello. Sentirme por los suelos en días sin sentido y pensar que lo tendrían teniéndote a mi lado. Parecer fría, entre el calor de los que me rodean. Romper ropa sin estrenar, al quitar la etiqueta. Querer ser niña, y a final lograrlo. Imaginarme, en un futuro, durmiendo contigo. Arrancar hojas de los arbustos que se ponen a mi paso, y la hierba del césped. Re-mojar las galletas hasta que se rompan y pasarme con la dosis de chocolate. Hablando de dosis... me gustan, me apasionan. La dosis de adrenalina, de besos, de verano, de películas, de sofá, de fiesta, de vacaciones, de amigos, de momentos felices. Aunque reconozco que me entristezco por nada y por el recuerdo de todo.
10 noviembre, 2011
-a la razón que no razona, a la amistad que no traiciona
06 noviembre, 2011
No funciones como un aeropuerto, que va
Que tu vida no dependa de si alguien viene o se va. Porque en el fondo, ser libre, es la única riqueza que tenemos los humanos. El poder decidir con quién estás o dejas de estar, en el momento que quieras. La sensación de volar, cuando la música te invade. No dejes que te hagan daño, llora si quieres, pero si puedes hazlo en silencio. No dejes ver que eres frágil y sensible, pues probablemente se aprovecharán de ello (la gente no lo sabe valorar). Te darán puñaladas, sí, mil y una, en cada parte de tu cuerpo, y en cada segundo del día, pero supéralas, ponte una coraza, y aunque sea por un momento en tu vida, sé falsa y zorra.
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