21 septiembre, 2011
Directamente proporcional-
Y hoy, después de todo, por si me quedaba alguna duda, me he dado cuenta de que le reconocería en cualquier parte del mundo. De que distingo la forma en que se mueve a metros de distancia. De que conozco el ancho de su espalda casi tanto cómo el de sus labios. De que es lo más doloroso que ha pasado por mi vida, pero también lo más bonito, porque parece que uno es proporcional a lo otro. Puedo aseguraros que le conozco mejor que ella, joder. Que sé cómo piensa y cómo se comporta en cada momento, aunque a veces me olvide de ello y caiga en sus brazos. Cómo baila y cómo inclina la cabeza cuando se ríe. Qué quiere decir con cada mirada y qué le saca de quicio en cada situación. Pero a él... le es indiferente lo estudiado que tenga yo su cuerpo; es hombre y no piensa con la cabeza, piensa con la polla. Y ella... supongo que se creerá todos sus "te quiero", aquellos que un día me dijo a mí con la misma falsedad y que yo llegué a pensar que eran ciertos.
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