27 enero, 2012

venir de sus ojos y decir que has visto París

Era una de esas chicas que llaman la atención, aún sigo sin entender el por qué. Pero ocurrió una tarde de otoño, como otra cualquiera. Nos cruzamos a pocas manzanas de mi casa. Salí a dar un paseo, para despejar y ella caminaba de manera distinta. Tenía pinta de ser una mujer segura de sí misma, pero a la vez mostraba una parte de niña pequeña y sensible. Todo esto, pude observarlo en décimas de segundo, con un simple cruce de miradas. Di unos pasos más, y me giré. Tenía una buena "espalda", su melena castaña estaba amordazada por una especie de recogido, medio deshecho, y sus vaqueros ajustados dejaban ver sus largas piernas. Mierda, ¿de qué color tenía los ojos? No pude fijarme. Entonces me di la vuelta, aceleré el pasó y picándole sin vergüenza en el hombro, le dije lo primero que se me pasó por la cabeza: "perdona, estoy haciendo una encuesta sobre el color que predomina en los ojos de las mujeres guapas, ¿me permites" -sonrió, se sonrojó- "está bien, haré otra sobre las mejores sonrisas"-dije. Y ella respondió: "sí, quiero pasar el resto de la tarde contigo, mi nombre es Carla".




Azules, eran azules, los más bonitos con los que me había topado en toda mi vida y tenía el placer de disfrutar de ellos durante toda una tarde, en principio

22 enero, 2012

Las cosas importantes aquí, son las que están detrás de la piel

Cuando las palabras sobran, el silencio se vuelve imprescindible. Lo bueno es que puedes elegir con qué quieres acompañarlo. Yo me quedo con los arrumacos, los besos, las sonrisas, los abrazos y las muestras de cariño. Me quedo con los "te quiero". Con el querer decirlo todo hoy por si acaso no hubiera mañana, pero hacerlo mediante gestos. Elijo tardes enteras juntos. Baños de espuma, despertares, amaneceres. Películas a medias y sábanas indiscretas. Elijo que haya toda la confianza posible. Y si pudiera elegir con quién acompañar este silencio, que no te quepa la menor duda, que te elegiría a ti como si no existiera otro.
-Ama, que para odiar nunca se va a hacer tarde-

15 enero, 2012

Al final terminó llegando el frío invierno a su cabeza y a su corazón.

Mientras que sus sentimientos hacia él se apagaban, en lo más profundo de su alma se preparaba una fría e hiriente venganza. Todo lo que un día habían sido sonrisas y felicidad, paulatinamente, se permutaba por un ambiente hostil y una amalgama de odio, rabia, dolor, ira y desesperación, toda ella enfocada únicamente a, sin darse cuenta, quererle más día a día. Pero él nunca regresó; y ella, sumida en la más profunda soledad se miraba al espejo y observaba como los días, semanas, meses y años hacían mella en su joven y antaño, tersa piel. Cada mal paso la sumía en la desesperación, pero no todo podía ser malo... al final, con mucho pundonor, consiguió ahogar sus miedos y haciendo gala de la recuperación de su orgullo, decidió vestirse con sus mejores prendas, salir y en el paso a nivel más cercano, terminar de una vez por todas con esa espina clavada desde joven en su inocente corazón. D.

10 enero, 2012

"De nuevo me sentí helada por la sensación de lo irreparable. Y comprendí que no soportaría la idea de no oír nunca más su risa. Era para mí, como una fuente en el desierto".
Cuando se me pasó por la cabeza, la angustia se apoderó de mí. El simple hecho de no poder sentirle cerca, rozarle, era algo abrumador. Lo peor en los últimos cinco años. Lo incurable. La mayor grandeza que podía desaparecer de mi vida, porque sí, por arte de magia. Y entonces, solo entonces llegue a comprender que era completamente diferente al resto, que no había sabido aprovecharlo en su momento, y que esa idea me perseguiría durante años. Ahora ya no había vuelta atrás.

04 enero, 2012

and I think maybe you're the best thing that ever happened

Creo que no hay personas exactamente iguales, solo semejantes. Que los polos opuestos se atraen, pero que donde estén dos iguales... habrá la mitad de discusiones. Que (casi) siempre hay que dar una segunda oportunidad, aunque digan que las segundas partes nunca fueron buenas. Creo en la amistad y en el amor verdaderos. En la muerte y en la soledad (aunque esta segunda me dé pánico). En que siempre habrá una persona destinada a estar contigo, solo es cuestión de tiempo y paciencia y que esa que necesites en tu vida será la que te demuestre que te necesita en la suya. Creo que muchas veces la imaginación es más importante que el conocimiento. Que una mirada, una caricia, un susurro, un escalofrío, una sonrisa, en el momento adecuado pueden valer más que el mayor testamento del mundo.

Y creo que eso que llaman cielo debería parecerse a tus brazos.